Cómo proyectar la voz

Todo actor, locutor o actor de doblaje necesita una voz sana, flexible y potente. A veces la forzamos cuando aumentamos el volumen porque no sabemos dirigirla en el espacio, es decir, no la proyectamos.

En el post de hoy te damos las pistas para identificar si tu proyección va por buen camino y, si no es así, qué debes hacer para mejorarla. ¡Sigue atento!

¿Te sientes identificado con alguna de estas situaciones?

  • “A menudo fuerzo la voz y me quedo ronco”.
  • “Soy actor de teatro y quiero que se me oiga en toda la sala, pero si aumento el volumen de mi voz siempre acabo gritando y no sueno natural”.
  • “Tengo una voz demasiado pequeña”.
  • “Soy actor de doblaje y me estoy dando cuenta que en escenas muy íntimas ante el micrófono se oye más mi saliva que mi voz. No sé susurrar sin proyectar”.
  • “Creo que no tengo problemas de voz, pero aun así quiero mejorar esta habilidad como actor”.

Si crees que eres uno de los de arriba, ¡este post es para ti!

¿Qué es proyectar la voz?

Proyectar significa dirigir tu voz en la distancia con el máximo rendimiento y mínimo esfuerzo y que se oiga claramente, suene natural, sin alteraciones y, lo más importante de todo, que se encuentre libre de tensiones.

Proyectar la voz no es solo aumentar el volumen, pues si no lo haces del modo adecuado sólo acabarás gritando, sino canalizar tu voz correctamente para sacar el mejor partido con el menor esfuerzo posible.

¿Cómo funcionan nuestras cuerdas vocales?

Cuando el aire pasa a través de las cuerdas vocales, éste las hace vibrar. De este modo, se produce el sonido de nuestra voz.

Aunque tengan ese nombre, en realidad no son cuerdas, sino pliegues vocales membranosos. El objetivo es que estos pliegues se mantengan juntos. Para ello necesitamos un equilibrio vocal, es decir, una relación equilibrada entre la presión del aire y la presión muscular ejercida en las cuerdas vocales. Si no consigues este equilibrio, forzarás la voz.

Las dos maneras en las que se producen desequilibrios son las siguientes:

  • Voz airosa: + aire, – presión muscular

Tus músculos no soportan la presión del aire, es decir, tus cuerdas vocales no son capaces de mantenerse juntas y por tanto se escapa mucho aire. Como consecuencia, tu voz no suena ni limpia ni llena.

  • Voz ahogada: + presión muscular, – aire

Tus músculos ejercen demasiada resistencia al aire que les llega.

La voz ahogada es muy típica. Cuando queremos aumentar el volumen cambiamos a un tono más agudo, nuestra laringe sube para hacerlo, y esto provoca que nos acabemos ahogando. Es, por decirlo de alguna manera, como si estuviéramos haciendo un tapón que impidiera una salida limpia y fluida de nuestra voz.

Existen otras señales que nos indican que vamos por mal camino: tu cara se pone roja, se te notan las venas del cuello…

Autoanálisis

Ahora que ya conoces la teoría, es bueno que analices de cuál de las dos maneras estás forzando tu voz.

En ocasiones, sin embargo, surge un problema: la subjetividad. Si siempre has sentido tu voz de una determinada manera creerás que eso es lo normal. Por eso, si sigues perdido y no lo sabes cómo encontrar tu problema, acude al otorrinolaringólogo para que te haga tu diagnóstico.

Aun así, puede que tu falta de proyección se deba a otras causas:

  • Si tu voz suena baja o pequeña puede no solo ser debido a una incorrecta proyección, sino a razones mucho más allá: falta de confianza, miedo escénico, falta de actitud, carencia de energía, déficit de sueño…
  • A veces, si el volumen de tu voz no es el correcto, puede que el problema no esté en tu voz, sino en tu oído. ¿Te has hecho alguna audiometría alguna vez? Es una prueba sencilla y rápida que puede darte muchas pistas.

Los primeros pasos hacia el cambio…

Una vez hayas hecho tu autoanálisis, deberás empezar a trabajar tu técnica vocal. Aprender a utilizar el diafragma correctamente y a adoptar una buena postura sin tensiones es fundamental.

Si ves que en este proceso tu voz suena rara o hace gallos, no te preocupes, es normal que suceda. De hecho, es buena señal; significa que estás avanzando y estableciendo patrones que no has utilizado anteriormente. Este proceso necesita mucho trabajo, pero poco a poco verás que tu voz se hace más estable.

Lo que por el contrario no debes hacer es dejar que te duela la garganta. En cuanto sientas molestias lo mejor es descansar. Si tus cuerdas se encuentran en mal estado, por favor, no sigas forzándolas. Sólo conseguirás empeorar la situación. Si ves que con tus ejercicios acabas forzando la voz, entonces es mejor que recurras a expertos.

Recuerda, nunca olvides tomar mucha agua, fundamental para cuidar la garganta, ni calentar la voz antes de comenzar un trabajo como método de prevención para posibles daños.

Para finalizar, te proponemos un ejercicio:

Elige un objeto cercano, una silla por ejemplo, y recítale un texto. Después pasa a algo más lejano. Aumenta tu volumen, pero evita en lo posible cambiar a un tono más agudo. Continúa con objetos más lejanos, y si te encuentras en un espacio pequeño utiliza tu imaginación para seguir aumentando la distancia. Si no estás seguro de estar haciendo bien el ejercicio, vuelve a comparar la distancia actual con la silla.

¿Qué otros ejercicios te han servido en el pasado para mejorar tu proyección? ¡Compártelos con nosotros y con todos nuestros lectores!

Este artículo es sólo una introducción al funcionamiento de nuestra voz, para que seamos un poco más capaces de distinguir su funcionamiento y tratar de mejorarlo en la medida de nuestras posibilidades. Si crees que tienes daños que puedan ser serios o tus problemas no suceden en simples episodios aislados, visita al especialista, pues puede tratarse de pólipos, nódulos, etc., lo que necesita otro tipo de tratamiento profesional.

Si te ha parecido útil este artículo, ¡no olvides compartirlo con tus amigos en tus redes sociales!

Premiere Actors

¿Te gusta nuestro blog?

Suscríbete gratis y recibirás de regalo nuestro eBook [PDF]:

"Claves para avanzar en tu carrera de actor"

Información básica sobre protección de datos: Responsable: Premiere Actors. Finalidad principal: información y/o prestación de nuestros servicios. Legitimación: consentimiento expreso del interesado. Destinatarios: no se cederán datos a terceros, salvo imperativo legal. Derechos: acceso, rectificación y supresión, entre otros. Puedes consultar la información detallada en nuestra política de privacidad