Hay ocasiones en las que, cuando tenemos que preparar un papel, no conseguimos conectar con nuestro personaje.

Como consecuencia, al no existir ese vínculo, puede que el público no perciba nuestra interpretación natural ni creíble, ya sea porque le falta ese “algo” o porque resultamos sobreactuados.

Si ni siquiera nos la creemos nosotros mismos, ¿cómo queremos que el público lo haga?

Necesitamos convertirnos en ese personaje, pero… de alguna manera no encontramos el modo.

¿Por qué no conseguimos conectar?

Existen muchos motivos. Uno de ellos, porque los actores pertenecemos a una profesión muy creativa y esto irremediablemente hace que tengamos días mejores y peores. A veces, preparando un personaje, nos surgen millones de ideas para explorar, y otras veces parece que nos falta la concentración o la imaginación necesaria para crear nuestras propuestas.

Por otro lado, cuando el personaje se aleja mucho de nuestra personalidad, también podemos tener problemas. Por ejemplo, un personaje villano, por mucho que nos guste tanto hacer este tipo de papeles. Si no conectamos es porque no creemos en el personaje.

Pero hay una tercera causa, muy común, que nos hace alejarnos del personaje y por la que no conseguimos conectar: A veces lo difícil no es el personaje en sí; Puede tratarse incluso de un personaje que consideras “normal”, pero que comete un acto de verdadera crueldad, alguna acción muy concreta en la que no hay manera en la que te puedas sentir identificado ni puedes llegar a comprender, por ejemplo, una escena de un abuso. ¿Cómo podrías conectar con algo así, si en realidad lo repugnas?

Veamos cómo podemos ponerle remedio…

No juzgues al personaje; intenta comprender por qué es así

Si lo que buscas es una actuación creíble, no puedes juzgar a tu personaje, porque lo único que conseguirás es crear una resistencia. En vez de juzgarle, necesitas entenderle.

Y para ello has de ir a la raíz: ¿Por qué el personaje no siente que está haciendo algo malo? ¿Si piensa que es lo correcto, qué le lleva a hacer lo que está haciendo?

Explora porqué crees que tu personaje se comporta así, qué le ha hecho convertirse en un criminal o hacer ese acto que tanto te desagrada. Las respuestas pueden estar en su infancia: quizá sufrió abusos o fue abandonado, o fue víctima de un lavado de cerebro en un momento de su vida en la que carecía de autoestima.

Piensa cuáles pueden ser sus creencias, los miedos por los que está luchando por deshacerse y por qué utiliza la violencia o la incoherencia para ocultarlos.

Los actores debemos ahondar en lo más profundo de nuestros personajes y, para entender de dónde viene ese comportamiento, tenemos que empezar entendiendo su psicología.

A veces, se nos da como referencia una breve biografía del personaje junto con el guion o libreto, que puede ser de varias líneas o mucho más extensa, según el grado de importancia del personaje, y en otras ocasiones nos la comenta el director. Sin embargo, muy a menudo no recibimos esta información, de modo que debemos inventárnosla.

Estarás pensando que existen miles de diferentes alternativas, que podemos imaginar cualquier cosa. ¡Por supuesto! Cualquier planteamiento puede valer, siempre que tenga sentido para nosotros y nos aporte una nueva perspectiva con la que entender a nuestro personaje.

Para hacer un personaje creíble necesitamos una propuesta clara, y cuando le añadimos ese toque humano razonando sus comportamientos ya no lo juzgamos más. Nos habremos deshecho de las barreras que nos impedían conectar.

Otros consejos para dar vida a nuestros personajes

Por mucho que cambiemos nuestra voz, nuestro vestuario, nuestro talante o nuestros gestos… encontrar esa conexión es mucho más.

Algunas de las estrellas que todos conocemos se ponen en la piel del personaje y viven como él durante varios meses antes del rodaje. Ya no interpretan, puesto que se convierten en él. Pero, seamos realistas, nosotros no tenemos ni el tiempo ni los recursos.

Nuestro trabajo como actores es precisamente saber cómo crear personajes, y todo lo que necesitamos está en el guion. Debemos entenderlo bien, leer entre líneas y nunca tomar el texto de modo literal.

Por tanto, piensa en lo que simbolizan esas palabras, no en lo que son. Encuentra el subtexto (en este otro artículo te damos algunas pautas), y conecta de verdad con los deseos del personaje.

Explora sin límites, y mira qué puedes sacar de ahí. En función de nuestras elecciones, el personaje irá tomando forma.

Si, a pesar de todo, el proceso de búsqueda de tu personaje te resulta muy difícil, puedes intentar contactar con los guionistas o el director. Seguro que te dan alguna indicación que te encamina en la dirección adecuada.

¿Has tenido alguna vez problemas para conectar con tu personaje? ¿Cómo lo resolviste y qué aprendiste de la experiencia?

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