A estas alturas, sabes de sobra lo importante que es el networking en la industria audiovisual y teatral, o lo que es lo mismo, trabajar tu red de contactos. Nos lo habrás oído ya cientos de veces, porque no puedes depender solo de tu representante o agencia si quieres vivir de esto, sino que también debes ser capaz de generar tus propias oportunidades.
Y no, no hablamos de dejar unos cuantos comentarios en otros perfiles de redes sociales para hacerte ver. Hablamos de salir afuera: a galas, eventos, charlas, talleres, clases, encuentros o cualquier sitio donde te puedas a encontrar cara a cara con otros compañeros de profesión.
Pero, ¿qué pasa cuando te angustia la idea de hacer contactos profesionales en la vida real, porque no sabes cómo acercarte a la gente o qué decirle? Te intimida el tener que exponerte, porque no te sale con facilidad. ¡Te da una vergüenza terrible!
El caso es que, lo creas o no, es un dilema de lo más común: querer hacer contactos, pero no “poder”. Por eso, en este artículo, queremos abordar por fin este asunto y explorar algunas soluciones.
Porque el networking no solo te abre puertas profesionales, sino que es tremendamente enriquecedor en todos los sentidos, también en el personal. ¡Así que vale la pena intentarlo!
¿Cómo funciona la vergüenza?
La vergüenza es una forma de miedo: miedo a sentirte juzgado o inadecuado, a no ser todo lo perfecto que crees que tendrías que ser o a no cumplir con las expectativas de la otra persona.
Normalmente, cuanto más perfeccionista eres, más vergüenza sueles tener en situaciones en las que todavía no te sientes cómodo. Recuerda que es un miedo a no dar la talla. Por eso, si estás dando tus primeros pasos en esto de los contactos y todavía no te mueves como pez en el agua (lo normal, vamos), sentirás que la vergüenza es un bloqueo que te frena.
Es entonces cuando te dices: “esperaré a tener más experiencia para poder demostrar mejor mi valía”, o “mejor me quedo por las redes, que ahí no me da tanta cosa”.
Y ahí está el error. Porque para crear vínculos con otras personas no necesitas necesariamente haber tenido ningún tipo de trayectoria profesional, ni ser perfecto (porque nunca lo serás), ni esconderte tras una pantalla (pues las mejores oportunidades no se gestan ahí, ni los vínculos que generes serán tan fuertes).
Es importante que recuerdes que la vergüenza es una emoción universal y que todos la experimentamos en mayor o menor medida, de modo que trabajar en su aceptación y comprensión te puede ayudar a gestionarla de manera más saludable y constructiva.
¿Tenemos vergüenza?
La tenemos.
Así que ha llegado la hora de abrazarla y ver en qué nos podemos apoyar para sentirnos más seguros a la hora de dar un paso tan importante en nuestras carreras: el de hacer contactos.
Buenas noticias
Como acabamos de decir, para hacer contactos no tienes que deshacerte de tu timidez, porque -seamos realistas- no es una cosa que vaya a desaparecer de la noche a la mañana, sino poco a poco, a medida que vayas afrontando diferentes situaciones. Por ahora, si la tienes, la tienes. Y lo más importante es reconocerla para poder avanzar.
De modo que de ahora en adelante tu trabajo es buscar apoyos que te hagan sentir un poco más en tu zona de confort.
¿Te ayudamos a encontrarlos?
- Conecta con tu ilusión. Lo mejor que puedes hacer es que tus ganas de conocer, de estar presente y de atraer oportunidades pesen mucho más que la idea de quedarte en el sofá de tu casa, donde sabes que nada va a ocurrir. Así que conecta con todo aquello que te apasiona de esta profesión, recuerda por qué estás donde estás y piensa en la cantidad de oportunidades profesionales que te pueden estar esperando ahí fuera si sales a buscarlas.
- Take it easy. Empieza acudiendo a eventos del sector con la mente abierta, pero sin más pretensión que la de disfrutar. Así, si te vas a casa sin haber conocido a nadie, no lo sentirás como un fracaso, sino que pensarás que al menos has aprendido, has visto lo que se cuece ahora en nuestra industria y cómo funcionan las cosas en ella. Todo es cuestión de ir cogiendo confianza. Ya verás como a la segunda, a la tercera o a la cuarta, cuando te veas más familiarizado, empiezas a hacer a amistades sin tener que forzar nada.
- Si quieres, ve acompañado las primeras veces. Pero, ¡cuidado! Esta es un arma de doble filo. Elige bien con quién: alguien con la mente abierta y que busque lo mismo que tú posiblemente será mejor que tu pareja o un amigo de toda la vida. Escoge a alguien que sepas que no te va a juzgar ni frenar.
- Piensa que siempre, todos, empezaron desde cero. Incluso las estrellas más brillantes. Nadie nace conociendo a medio sector artístico, ni siendo un experto socializando, ni explicando fácilmente a qué se dedica. Aunque no lo creas, todos han tenido que ir adquiriendo esa habilidad y construyendo sus conexiones desde cero.
- Enfócate en lo que SÍ puedes aportar, como tu simpatía, tu talento, o profesionalidad, en lugar de concentrarte en lo que aún no sabes sobre el oficio o en tu no tan extensa experiencia. La pasión y el optimismo a menudo atraerá a personas encantadas de escucharte y pasar un buen rato charlando contigo.
- Supón que estás haciendo “amigos”, en vez de “contactos profesionales”, si crees que te ayuda. En lugar de ver a las personas como simples contactos profesionales, enfócate en construir relaciones auténticas. Escucha a los demás, comparte tus propias experiencias y muestra un interés genuino por sus historias, tal y como harías en una cena en casa de algún compañero que ha invitado a otros amigos, los cuales acabas de conocer.
- Está bien no saberlo todo ni tener todas las respuestas. Sinceramente, ¡ni el más profesional de los profesionales lo sabe todo! Así que no seas duro contigo mismo y piensa que si alguna vez dices alguna tontería, pues te ríes de ella con la otra persona, y punto, como harías con tu familia o tus amigos.
- Celebra tus éxitos: Reconoce y celebra tus logros, incluso los más pequeños. Cada vez que te enfrentes a una nueva situación o superes un miedo, date crédito por tu valentía y esfuerzo.
Recuerda que ir trascendiendo tu vergüenza para transformarla en una oportunidad es un proceso continuo. Cada vez irás adquiriendo más trucos para acercarte a los demás (o facilitar que se acerquen), para romper el hielo, para mantener conversaciones de todo tipo y, lo mejor, te verás como una persona más fuerte y confiada.
Por último, nunca olvides que el networking no consiste en intentar conseguir algo del otro, sino de dar, ofrecer y facilitar. A medida que te conviertes en un recurso valioso para otros en la industria, ya verás cómo las oportunidades comienzan a surgir.
Si te has sentido identificado con todo y estás deseando aprender más sobre dónde y cómo hacer contactos, te animamos a que te apuntes a nuestra lista de notificación prioritaria de curso «Objetivo: Contactos» y te avisaremos cuando volvamos con la siguiente edición. Porque siempre es el momento para empezar a moverse, independientemente del punto artístico en el que te encuentres. ¡Las mejores oportunidades te esperan ahí fuera!
